La peor parte de la pobreza es sufrida por las mujeres. Las trabajadoras del sistema de salud pública no escapan a esta realidad. Desde Monitor Salud presentamos el primer informe de visión de género con el que buscamos visibilizar las condiciones socioeconómicas y de salud de las mujeres que hacen vida laboral en los centros de salud venezolanos.
El cuestionario fue aplicado a 134 mujeres, en los 26 centros de salud de la región central, que forman parte de la red Monitor Salud. Según el Banco Mundial, una persona que gane menos de $1,90 diarios, padece pobreza extrema. Para este informe cuando se consultó sobre el rango de ingresos de las trabajadoras se obtuvo que el 56% de las consultadas gana entre 15$ y 30$.
Eso quiere decir que estas mujeres que completaron el cuestionario ganan menos de $1 diario, por lo que con propiedad se puede decir que sufren pobreza extrema.
Sobre el número de trabajos el 74% declara que solo tiene un empleo con el cual sostenerse. En algunos casos puntuales aseguran que no tienen un segundo empleo porque no tienen quién se haga cargo de sus hijos. El restante 25% dice que tiene 2 empleos. Entre ellas, las enfermeras han buscado una fuente de ingresos alterna ejerciendo como enfermeras particulares o en otros centros de salud.
Hiege y salud
El 47% de las mujeres consultadas manifestó haber tenido dificultades en la compra de productos para la menstruación. Quienes tienen dificultades para adquirir dichos suministros, no pueden hacer frente a la carga financiera que supone la compra, por tal razón su vulnerabilidad económica es patente.
El 39% aseguró que no ha tenido dificultades, mientras que el 14% declara que no es necesario el uso de tales productos.
Las trabajadoras consultadas declararon que en algunos casos piden prestado para poder comprar los productos o apelan a la solidaridad familiar. Sin embargo, en otros casos se refirió el uso de alternativas como paños, papel higiénico, métodos que podría comprometer la salud de estas trabajadoras.