El 1 de mayo dejó hace mucho de ser un día lleno de gozo, alegrías y el espacio de encuentro para rememorar tantas luchas para los trabajadores venezolanos. Antes de dejar el cargo el exministro del Trabajo, Eduardo Piñate, anunció un incremento de casi 300% en el salario mínimo.
“Entra en vigencia un incremento del salario mínimo a 7 millones de bolívares” dijo, al tiempo que explicó que este se completaba con un bono de alimentación de “3 millones de bolívares, para llegar a un ingreso mínimo de 10 millones”.
Sin embargo, en medio de una hiperinflación, este incremento no es suficiente ni siquiera para costear un kilo de carne de res, es lo equivalente a cuatro harinas de maíz o un kilo de queso.
Los trabajadores de la salud son de los sectores más afectados, y es que con salarios que no alcanzan ni siquiera para cubrir los gastos de traslado hasta sus hospitales o espacios sanitarios donde laboran, continúan en primera línea haciendo frente a una peligrosa pandemia.
Para Lidel Donaire secretario del Sindicato Único Nacional de Empleados Públicos del ministerio de Salud – en el estado Apure, este nuevo incremento salarial no repercute de manera positiva en el bolsillo de los trabajadores.
“Esto es un círculo vicioso, porque lo del aumento tiene coletazos, repercusiones que atentan contra el poder adquisitivo”, detalló.
Considera que incrementos salariales como este solo generan un alto costo de la vida, con precios superiores a los que “cerraron el fin de semana, porque nada está anclado al bolívar, todo al dólar”.
En un comunicado difundido por Sunep-Sas, en el que se rechaza contundentemente el nuevo aumento salarial, expresan que esto “no representa nada ante la escalada en los precios de los productos de la canasta básica y los pasajes”
A juicio de esta organización, los trabajadores están abandonados en los centros de salud, “porque carecen de dinero para solventar lo referente a sus pasajes y alimentación diaria a expensas de los pacientes que cada vez se suman más y más”.
Está más que claro que un aumento de salario sin una política regulatoria, sin consultar con los trabajadores, solo representa un “menos cabo de toda la masa trabajadora”.
Para Hilenia Alvarado coordinadora del laboratorio del hospital Dr. Agustín Rafael Hernández ubicado en Juan Griego estado Nueva Esparta, el aumento salarial es una nueva “burlar a todos los trabajadores”.
“Donde tenemos un sueldo de hambre, de miseria, el trabajador tiene que enfrentar día a día a las miserias, a no tener una buena calidad de vida, porque ya ni siquiera la cesta básica se puede cubrir”.
Considera que ahora más que nunca es momento de la unión, es hora de que los trabajadores de la salud permanezcan agrupados, organizados, luchando por la reivindicación de sus derechos. “Con esto la lucha sigue, debemos continuar, no podemos seguir dejando espacios abiertos y debemos seguir adelante, plantearnos metas donde se lidericen personas capacitadas en materia de economía para poder resurgir nuevamente”.